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Gales y la estación impronunciable

Allá lejos, en la isla de Anglesey, Gales, hay un pueblo llamado “Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch“. 

¿Qué? ¿Real?

Sí! Es el topónimo (nombre propio) más largo de Europa y el segundo más largo del mundo. Entre los locales es conocido (y abreviado) como “Llanfair PG” o “Llanfairpwllgwyngyll“.

En idioma galés, el nombre del pueblo significa: “Iglesia de Santa María en el hueco del avellano blanco cerca de un torbellino rápido y de la iglesia de San Tisilio cerca de la gruta roja” (tomá pa’ vo).

El nombre fue decidido en los años 1860 por el consejo del pueblo, principalmente para tener el privilegio de tener el nombre más largo de una estación ferroviaria en Gran Bretaña

La pronunciación puede aproximarse en español como Hlan-vair-puhl-güin-guihl-go-gue-ra-juern-drob-uhl-hlan-ti-si-lio-go-go-goj (si lo acabas de intentar pronunciar, seguro te viste tan ridículo como yo ???? )

¿Cómo se llega? ¿Cómo terminaste visitando este pueblo?

Me encontraba de vacaciones por Europa y debía llegar a Londres para tomar mi vuelo de vuelta a casa. Este tramo final del viaje había sido bastante improvisado por lo cual no pude sacar mis tickets aéreos con anticipación. Estaba en Dublin visitando a un gran amigo mío y sabía que de allí partían aviones diarios a Londres a muy bajo costo… o eso pensé, porque no tuve en cuenta que en Londres se estaba jugando el mundial de Rugby y absolutamente todos los vuelos se encontraban agotados (había algún que otro ticket en primera clase, a un precio realmente impagable).

A veces un viajero debe improvisar sobre la marcha, así que decidí irme hasta el puerto de Dublin bien temprano por la mañana para tomar un ferry de la empresa Stena Line con destino a Gales ya que desde ahí es posible combinar varios trenes y llegar a Londres en el mismo día.

Llegando al Puerto Holyhead en Gales.

Por supuesto, no iba a perder la oportunidad de hacer una parada “extra” en el camino, así que saqué un ticket hasta la estación “Llanfairpwll” donde 29 minutos y 5 estaciones más tarde me recibiría este pueblo con un soleado y agradable día de primavera.

Lo cierto es que no hay mucho para ver en este pueblo, pero tiene un pequeño centro comercial con una cafetería y merchandising por si queremos llevar algún recuerdito original de nuestro viaje.

La gente del lugar es HIPER amable y con gusto nos diran en voz alta el nombre del pueblo si se lo pedimos. Eso sí, cada vez que te lo digan, te harán intentar repetirlo. (risas aseguradas ????).

Centro comercial

Después de almorzar, tomarme como 3 cafés y comprar algunos imanes, llegó la hora de empezar la combinación de trenes para irme a Londres. Aunque no imaginé que la aventura todavía no había ni empezado…

Choque cultural

En el momento de este viaje yo vivía todavía en Buenos Aires y no esperaba que sucedieran ninguna de las cosas que estaban por pasar.

En primer lugar, el siguiente tren que me tenía que tomar se atrasó MEDIA HORA. Wow, y yo hasta ese momento pensaba que esas cosas no pasaban en Europa, pero sí. (Obvio, pasan mucho menos que en Argentina, pero así y todo… puede fallar!!).

Mi plan de datos de internet que tenía para usar en Irlanda no funcionaba en Gales, con lo cual no tenía forma de averiguar qué estaba pasando. Cuando finalmente llegó el tren, pidieron disculpas por la demora y avisaron que el tren iría más lento de lo normal…

Durante el viaje, noté que el aire acondicionado no estaba prendido y me estaba muriendo de calor. Noté también que varios pasajeros estaban pasándola mal por el mismo motivo y comenzaron las miradas cómplices… Todas las ventanas estaban cerradas y trabadas justamente para evitar que el A/C no estuviera prendido en vano. Cuando pasó el guarda, se lo comentamos, e intentó abrir la ventana central con una llave allen.. pero no pudo, estaba trabada!!

Fue muy entretenido, junto a otros pasajeros, intentar destrabar esa ventana. Gente completamente desconocida colaborando entre sí para lograr un objetivo común. Por un momento olvidé que estaba de viaje y que me encontraba en otro país.

Finalmente LA ABRIMOS (sí, me hago cargo porque fui el que le dió el golpe final para que se abra, recibiendo un caluroso aplauso del vagón)

Costó pero lo logramos!

De golpe todos los pasajeros nos mirábamos e intercambiábamos risas cómplices, contentos por recuperar la temperatura agradable del vagón.

Un pasajero me preguntó de donde era, y al contarles que era de Argentina se sorprendieron mucho, ya que no estaba precisamente en el lugar más turístico del planeta. Les conté también que estaba yendo a Londres y que esperaba que el atraso de este tren no afectara tanto mi siguiente combinación.

Claro, ingenuamente pensé que si se atrasaba el primer tren, el siguiente en mi combinación nos esperaría ya que eran de la misma empresa… pero nope, eran trenes distintos y el segundo sí que salió en horario, arruinando por completo mi “plan de combinación”.

Y aquí vino lo que me voló la cabeza. Ya enterados mis pasajeros vecinos de que perdería la siguiente combinación de tren por la demora, sacaron sus teléfonos celulares y sus mapas para ayudarme a encontrar otro camino. Me marcaron claramente las opciones que tenía, y al llegar a la estación donde debía bajarme, me despedí ante las risas y los deseos de buena suerte. Es increíble la energía positiva que se puede generar con gente desconocida!

Obvio que le saqué foto al mapita para no perderme y para recordar este momento.

La mayor parte de este camino es campo, campo y más campo. Aquí un videíto:

Nuevamente, no vivía en Europa aún y no podía creer ir en un tren donde la gente fuera usando sus Macbooks como si estuviera en su casa. Y con wifi gratis! Vaya contraste de paisajes y de costumbres!

Como en tu casa

Como frutilla del postre, las señoras que tenía al lado me prestaron amablemente el cargador de la Macbook porque ya me quedaba poca batería y el mío estaba guardadísimo en el fondo de la valija.

Gracias por el cargador!

Finalmente llegué a Londres con tiempo y pude volver a Buenos Aires sin problema.

Fue toda una aventura, impulsada por mi necesidad de volver a casa y de buscar alternativas. Si algo me llevo positivo de este día es haber aprendido que “no todos los europeos son fríos y no se fijan en el otro”. De hecho mi sensación fue la opuesta. Me ayudaron entre todos mucho más que en situaciones similares que he vivido “en casa”. Tal vez allá siempre estamos todos preocupados por algo y no nos acordamos de ayudar al otro. Pero lo cierto es que desde este día nunca más voy a pensar que la gente por haber nacido en cierto lugar es más o menos amable que otra. Hay gente buena y gente de mierda en todos lados y eso no lo podemos cambiar. Lo que podemos elegir, es de que lado estar nosotros.

Eso es todo! Si te gustó el contenido, no dudes en compartirlo!

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